individualidad morbosa y la individualidad medicamentosa

¿Qué son la individualidad morbosa y la individualidad medicamentosa?

¡Hasta en una familia cada integrante tiene su propia identidad! Por eso, una máxima en Homeopatía nos dice que el tratamiento de cada paciente debe realizarse de manera individualizada, única.

Por: Rafael Mejía

La Homeopatía es un método médico clínico terapéutico que tiene la característica de sanar enfermedades de acuerdo con la naturaleza del ser humano, de modo que no oculta los síntomas del paciente, sino que los suaviza o modula, y no obliga al organismo a reaccionar en contra de sus propios procesos de recuperación.

Por esta razón, la medicina hahnemanniana permite que el cuerpo humano se recupere de acuerdo con sus características y capacidades, y tiene una alta probabilidad de lograr una curación más duradera, a condición tanto de que su práctica esté en manos de un médico capacitado como de que el paciente se apegue al tratamiento.

Esto es posible, cierto, por la aplicación de la Ley de semejanza o similitud, pero también porque en la Homeopatía se consideran todas las características del enfermo y de su enfermedad, es decir, su individualidad.

En la Homeopatía se consideran todas las características del enfermo y su enfermedad, es decir, su individualidad.

Individualidad morbosa

“Atender enfermos, no enfermedades”, es una frase que se menciona habitualmente para explicar el punto de vista de un médico homeópata en comparación con el de uno convencional, que casi siempre se basa en tratamientos ya establecidos (protocolos).

La atención del paciente de acuerdo con sus peculiaridades se contempla en el principio de la individualidad morbosa, con el cual Samuel Hahnemann indicó que cada ser vivo se enferma de manera única e irrepetible, dependiendo de factores como su herencia familiar, lugar de residencia, estilo de vida, ideas, etcétera.

Sirva un ejemplo para aclarar esta idea. Imaginemos que una familia acude al consultorio de un médico homeópata porque dos niñas, hermanas, se enfermaron. Ambas son muy parecidas y pasaron una tarde fuera de casa, mientras llovía. Una de ellas presenta flujo nasal, lagrimeo y estornudos frecuentes, y sus padres notan que mejora al aire libre; la otra tiene escalofríos, nariz congestionada (sobre todo por las noches), estornuda mucho y dice que se siente peor al despertar.

Para la medicina convencional, las dos se han resfriado y podrían recibir el mismo tratamiento; sin embargo, para el médico homeópata sus síntomas son distintos y cada una necesita de un medicamento específico: la primera Allium cepa y la segunda Nux vomica. Asimismo, la experiencia y los conocimientos del médico determinarán cuál es la potencia apropiada del medicamento (6C, 12C, 30C), además de su presentación, dosificación y horario.

Individualidad medicamentosa

El doctor Hahnemann también descubrió que cada medicamento es único. En efecto, el creador de la Homeopatía observó que en ocasiones los síntomas que generan las sustancias experimentadas se parecían mucho, pero ciertas características los volvian únicos.

Así, encontró que algunos medicamentos ocasionan agravaciones de los síntomas por la mañana, tarde o noche, o bien, que unos actúan en todo el cuerpo y otros en una sola región o hemisferio. De igual manera, suelen diferir en la intensidad y las características de las dolencias que generan, en las emociones y las sensaciones que provocan, o en la manera en que influyen en los pensamientos, los sentidos y hasta en los sueños.

Esta peculiaridad se conoce como individualidad medicamentosa, y es otro de los fundamentos de la Homeopatía. El médico que ejerce este método terapéutico debe tenerlo en cuenta porque debe elegir el medicamento más semejante a la enfermedad del paciente, lo que significa que debe ser hábil para descubrir todas las cualidades de la afección, y luego para encontrar aquel medicamento que genere los síntomas con mayor parecido (también llamado simillimum).

De esta manera, podemos señalar que la prescripción correcta del médico homeópata consistirá en encontrar la concordancia entre las individualidades morbosa y medicamentosa, y que ésta será la base para el establecimiento de un tratamiento correcto, capaz de lograr una curación suave, eficaz y duradera.

¿Preguntas extrañas?
En la consulta, el médico homeópata interroga al enfermo sobre sus síntomas físicos, pero también acerca de sus relaciones afectivas y laborales, el horario o el clima en que mejora o empeora e incluso si prefiere la comida dulce, salada, fría o caliente. Esto no es por curiosidad y menos para generar incomodidad; más bien, es porque intenta conocer la individualidad del paciente para que su tratamiento sea “un traje a la medida”.

Referencias:

  • Benkemoun P, Cornillot P, Deltombre-Kopp M, Lützler LJ, Poitevin B, Sarembaud A, Solon M. Tratado de Homeopatía, 2a ed. Barcelona: Paidotribo; 2002.
  • Vijnovsky B. Tratado de Materia Médica Homeopática, 3 vols. Buenos Aires: Talleres Gráficos Didot; 1981.
  • Vannier L. La Práctica de la Homeopatía, 8a ed. Ciudad de México: Editorial Porrúa; 2000.
Última revisión: 19 de octubre de 2020.

One Comment

Benjamin Gonzáles
marzo 1, 2021 9:05 pm

felicidades por escribir de manera sencilla y entendible sobre este fundamento de la homeopatía

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