Similia similibus curantur: lo semejante cura lo semejante

Similia similibus curantur: lo semejante cura lo semejante

La Ley de la semejanza es la columna central de la Homeopatía. Según ella, un individuo enfermo puede sanar cuando recibe una sustancia que genera los mismos síntomas de su padecimiento en individuos sanos.

Por: Israel Cortés

Uno de los fundamentos de la Homeopatía es la Ley de Semejanza o Similitud (similia similibus curantur o “lo semejante cúrese con lo semejante”), que fuera enunciado por primera vez por el médico griego Hipócrates de Cos (460 al 370 a.C.) para explicar un camino de curación acorde con el proceder de la naturaleza.

En términos generales, este principio sostiene que un paciente debe curarse mediante la administración de una sustancia que provoque, en una persona sana, síntomas parecidos a los que adolece.

Citemos un ejemplo recurrente para ilustrar mejor esta idea: cuando cortamos una cebolla, las sustancias que contiene nos provocan lagrimeo, flujo nasal, estornudos e irritación en los ojos y la garganta. Una persona con estos mismos síntomas, sin importar la causa (resfriado, alergia), puede tomar cebolla tratada homeopáticamente (Allium cepa) para que el organismo sea estimulado, se equilibre y cure dichos síntomas.

El médico alemán Samuel Hahnemann, que configuró la medicina homeopática hace más de 200 años, definió la Ley de los Semejantes en el parágrafo 26 de su libro Organon de la medicina de la siguiente manera:

“Una afección dinámica más débil es destruida duraderamente en el organismo vivo por otra más fuerte, si la última (aunque diferente en especie) es muy semejante a la primera en sus manifestaciones”.

Así, en términos generales, cuando el médico homeópata brinde atención a un paciente con diarrea, le prescribirá un medicamento que en un individuo sano produzca diarrea; para curar a un paciente con tos, le dará un medicamento que en el individuo sano genere tos, y para curar a un paciente con dolor, le ofrecerá un medicamento que en el experimentador ocasione un dolor de características semejantes.

En la práctica homeopática se ha visto en repetidas ocasiones que este camino terapéutico, lejos de perjudicar al paciente, logra su curación de manera suave, efectiva y segura, ya que, además, el medicamento se administra en dosis muy pequeñas o infinitesimales, debido al método con que se elabora.

Referencias:

  • Hipócrates. Tratados Hipocráticos, vol VIII. España: Editorial Gredos; 2003.

  • Hahnemann S. El Organon de Hahnemann, sexta edición. Edición del bicentenario (1810-2010). Ciudad de México: Propulsora de Homeopatía; 2010. Traducción: François-Flores FD.
  • Vannier L. La práctica de la Homeopatía. Ciudad de México: Editorial Porrúa; 2000

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