Luego de una jornada de rumores en redes sociales, sus colaboradores cercanos y las autoridades locales confirmaron la muerte del virólogo francés, ocurrida el 8 de febrero de 2022 en el Hospital Americano de Neuilly-sur-Seine, en las afueras de París. Sus investigaciones dejan un legado invaluable para la medicina homeopática.
Por: Rafael Mejía.
Luc Montagnier, el científico genial, atrevido, irreverente, cuyos anteojos no ocultaban su mirada brillante y curiosa, capaz de observar esos detalles en los que nadie más reparaba. Montagnier, el científico que dirigió al equipo de trabajo del Departamento de Virología del Instituto Pasteur de París que en 1983 consiguió aislar al entonces llamado virus asociado a linfoadenopatía (VAL), mismo que se identificó como el causante del sida y que a la postre recibió el nombre de virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
El profesor Montagnier, que recibiera el Nobel de Medicina y Fisiología en 2008 y quien sostuviera que sí existe una base científica en la Homeopatía, pero que “es ignorada porque el problema de la ciencia actual es que se silencia todo lo que puede molestar a la economía”, falleció el pasado 8 de febrero en el Hospital Americano de Neuilly-sur-Seine, localizado en la conurbación de París.
“Es una noticia lamentable para la ciencia y para la Homeopatía”, opina el Dr. Vicente Rosas Landa Lechuga, integrante del Comité de Arbitraje de La Homeopatía de México y quien considera que Montagnier fue un personaje fiel a los resultados de sus investigaciones, aunque eso le llevó a chocar contra los círculos científicos más conservadores. No por nada, reflexiona, “el periodista Rubén Luengas hizo una pequeña reseña de su vida y lo calificó como un científico incómodo”.
En este mismo sentido se pronuncia la Dra. Jessica García Vivas, docente y jefa del Laboratorio de Investigación de Homeopatía de la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía (ENMH) del Instituto Politécnico Nacional. “El fallecimiento del Dr. Luc Montagnier es una gran pérdida; creo que fue alguien que aportó de manera seria fundamentos importantes para la Homeopatía. Definitivamente, su capacidad como virólogo, para ver el ADN y entender sus procesos, abrió una puerta que dio bases muy importantes para nuestra medicina”.
Una vida científica ejemplar
Luc Montagnier nació el 18 de agosto de 1932 en Chabris (centro de Francia) y desde muy joven fue nombrado asistente en la Facultad de Ciencias de París, donde realizó sus primeras investigaciones en torno a los virus animales con genoma ARN y su posible relación con procesos cancerosos.
De acuerdo con el diario francés Le Monde, el científico realizó prácticas fuera de su país natal y a su regreso, en 1972, creó la Unidad de Oncología Viral en el recientemente inaugurado Departamento de Virología del Instituto Pasteur de París, lugar en el que descubrió el VIH durante la primera mitad de la década de 1980, junto con sus colaboradores Jean-Claude Chermann y Françoise Barré-Sinoussi. Presentaron, además, una prueba de sangre capaz de detectar los anticuerpos de dicho virus.
En 1997 se incorporó al Queens College, en Nueva York (Estados Unidos), en calidad de director del Centro de Biología Molecular y Celular, y en 2008 llegó un momento cumbre en su vida, pues recibió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina por su trabajo en la identificación del agente causante del sida. Para ese entonces ya había regresado al Instituto Pasteur como profesor emérito y poco después comenzó a desempeñarse como presidente del Consejo Administrativo de la Federación Europea para la Investigación del Sida.
Encuentro con la Homeopatía
En su momento, el profesor Montagnier relató que pudo observar que algunos pacientes con VIH bajo tratamiento y con una carga viral prácticamente nula seguían presentando los síntomas del sida. Luego de investigar estos casos llegó a una conclusión que, pensó, sería impopular entre la ortodoxia científica pero que de cualquier manera tenía que hacer pública: cabía la posibilidad de que el plasma sanguíneo, concretamente el agua, se hubiera impregnado electromagnéticamente con la frecuencia del material genético del VIH, de modo que el sistema inmunológico y el organismo del paciente creían que el virus seguía ahí.
A pesar de que el virólogo realizó varios experimentos para demostrar esta idea (la cual concuerda con la hipótesis de que los medicamentos homeopáticos son capaces de retener la información de la sustancia medicamentosa de la que se derivan) fue inevitable que se presentara un airado debate en el que se pretendió descalificar a sus investigaciones. Así sucedió en su momento con Jacques Benveniste durante el episodio de “la memoria del agua”, sólo que Montagnier fue más discreto y navegó con más cuidado durante la tempestad.
A decir del Dr. Vicente Rosas Landa, “el trabajo del profesor Montagnier es importante porque le dio solidez a nuestra terapéutica y a la profesión de médico homeópata; muchas veces se dijo que la Homeopatía no tenía bases científicas o que no tenía posibilidad alguna de alcanzar un estatus científico, pero Montagnier la llevó a ese lugar. Él era un Premio Nobel que estaba a favor de la investigación en Homeopatía, que vio que esta medicina funciona y entendió que es una terapéutica no convencional, no ponderal, en donde la transmisión de la información es electromagnética”.
Un legado para el futuro
La Dra. Jessica García, también integrante del Comité de Arbitraje de La Homeopatía de México, opina que la vida y la obra del virólogo francés son un ejemplo a seguir. “Algo que admiro mucho del Dr. Montagnier es que fue alguien muy famoso, con un gran prestigio, y a pesar de eso volteó hacia la Homeopatía y nos dio muchas aportaciones, sin importar las críticas que recibió. Obviamente, buena parte del ámbito científico le criticó, lo atacaron duramente, pero él permaneció defendiendo lo que había observado, lo que había demostrado, y eso es algo muy valioso”.
Por su parte, el Dr. Rosas Landa recuerda que dio seguimiento al trabajo de Montagnier durante más de 10 años y que se dedicó a difundirlo porque coincide con su punto de vista y el de otros médicos homeópatas reconocidos, como el Dr. Germán Guajardo, quienes sostienen que “la biofísica es el camino de la Homeopatía”.
Sin embargo, alberga ciertas dudas en cuanto a la recepción que han tenido las aportaciones del virólogo francés, ya que “hice muchas traducciones de su trabajo, tengo al menos 4 o 5 videos de Montagnier que presenté en los congresos y no vi que este tipo de información llamara la atención del gremio, incluso hay quienes hicieron sorna porque decían que eso no es Homeopatía, siendo que es exactamente eso: es una medicina electromagnética donde no hay moléculas. Al parecer, la física no es algo que atraiga mucho a los médicos homeópatas”.
De cualquier manera, el ex catedrático de la ENMH recomienda que los interesados en las bases científicas de la Homeopatía se acerquen al material (entrevistas, artículos) sobre la obra de Montagnier. “En algunas de sus declaraciones dijo que Jacques Benveniste tenía razón y señala que la Homeopatía ocupará un lugar en la ciencia porque es la medicina del futuro. Definitivamente, no hay que desechar el conocimiento clásico en la Homeopatía, pero debemos revisarlo y actualizarlo a través de la genética, la biofísica y otras ramas avanzadas de la ciencia”.
Finalmente, la Dra. García Vivas subraya la importancia de ser fiel al camino trazado por la investigación científica y sus resultados. “Debemos seguir con nuestro trabajo e investigar los fenómenos que nos explican a la Homeopatía, a pesar de que hay grupos científicos importantes que siempre nos atacarán; muchas veces ellos no buscan la verdad, sino que tratan de defender su creencia de que la Homeopatía es una pseudociencia”.
En este sentido, concluye, “a Luc Montagnier le debemos reconocer su habilidad para analizar, que siempre tuvo la curiosidad de entender; él observó, revisó, repitió varias veces sus descubrimientos y eso es lo que te hace un gran científico. Su pérdida nos ocasiona una gran pena y ojalá que sigamos defendiendo estos conocimientos y dando fundamentos mucho más sólidos a la Homeopatía”.
Referencias
No Comments