Nunca antes habían existido tantos mexicanos con sobrepeso u obesidad, y ello ha ocasionado el incremento de afecciones crónicas y deterioro en la calidad de vida. ¿La Homeopatía podría ayudar a enfrentar este problema.
Los datos arrojados por estudios como la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut 2012) corroboran lo que observamos todos los días en las calles de las ciudades y poblaciones mexicanas: más del 70% de los adultos y alrededor del 30% de los niños y los adolescentes padecen sobrepeso u obesidad.
En total, hablamos de cerca de 60 millones de personas cuyo peso corporal es mayor al que sería deseable para su salud.
Al respecto, la doctora Beatriz Josefina Zenteno Manzano, médico homeópata dedicada a la práctica privada, no duda en señalar la gravedad de esta situación: “actualmente, la obesidad es un problema de salud pública en México. Somos el primer país del mundo en obesidad infantil y ocupamos el segundo lugar en obesidad en adultos, sólo debajo de Estados Unidos. Nuestros hábitos para comer y nuestra manera de vivir han cambiado; imitamos a los estadounidenses y ya no caminamos, no nos desplazamos ni en casa porque todo es a control remoto y permanecemos sentados”.
Lo más alarmante de esta situación, opina la también catedrática en la afamada Escuela de Posgrado Homeopatía de México, es la obesidad en los niños. En efecto, las nuevas generaciones se encuentran expuestas a sufrir tempranamente problemas como diabetes mellitus tipo 2 (elevada concentración de azúcar en la sangre), hipertensión arterial, infartos, desgaste articular y algunos tipos de cáncer.
“Si no cambiamos nuestra manera de vivir, la enseñanza que le damos a los niños no va a mejorar y será muy difícil que bajen los índices de obesidad que tenemos en la actualidad. Ojalá que en 20 años alcancemos un porcentaje de cero, pero es difícil: todos comemos hamburguesas, papitas, hot dogs, refrescos y, en fin, comida chatarra”, lamenta la doctora Zenteno Manzano.
Labor insuficiente
A decir de la médico homeópata, los trabajos preventivos que se realizan en México han sido insuficientes, en buena medida porque nuestra sociedad no está preparada. “Se ha sugerido que los alimentos chatarra lleven una leyenda donde se diga que esos productos causan obesidad, y yo no he visto ninguna. He revisado varias de las envolturas y algunas invitan a comer sanamente o a hacer ejercicio; sin embargo, no las hay con una advertencia directa como en los cigarros”.
Otro caso es el de las escuelas. “En vez de que los niños tengan un refrigerio sano, preparado en casa como se hacía antes, reciben 20 pesos y los gastan en alimentos fritos, mal balanceados, o en comida chatarra. Le damos a nuestros hijos una enseñanza que no es la correcta, porque nosotros no estamos educados”.
Todavía es poco tiempo para evaluar el resultado de medidas como el impuesto a bebidas azucaradas y alimentos de alto contenido calórico, así como a las restricciones que se planean en materia de publicidad. Lo cierto es que hasta ahora, considera la experta, el impacto de las campañas preventivas ha sido modesto o nulo, si observamos la alta incidencia de las enfermedades relacionadas con la obesidad.
Sí, la Homeopatía puede ayudarnos
En general, explica la doctora Zenteno Manzano, la obesidad puede deberse a alteraciones glandulares (por hipofunción en la tiroides o hipotiroidismo), a un edema (acumulación de líquido) en todo el individuo, o, con mayor fercuencia, a una mala educación en la alimentación. La Homeopatía puede ser útil en todos estos casos, aunque lo ideal es partir de la individualidad de cada paciente.
Abunda sobre este punto: “¿Cuántos tipos de obesidad podemos encontrar? Los mismos que el número de personas con este problema. En Homeopatía debemos distinguir ante qué tipo de obesidad estamos, dependiendo del paciente que nos consulte; para ello tenemos que hacer una historia clínica, conocer la individualidad del proceso de herencia (pues somos la unión de dos cargas genéticas: 50% de la madre y 50% del padre), y debemos investigar las enfermedades de los ancestros para saber hacia dónde se dirige el individuo. Otro aspecto a tomar en cuenta es su carácter; hay personas que, por ejemplo, cuando están en un estado de ansiedad comen mucho, pero otras pierden el apetito”.
A pregunta expresa, la doctora Beatriz Zenteno asegura que la Homeopatía no ofrece soluciones milagrosas contra la obesidad, sino que propone la oportunidad de emprender un cambio profundo: “quien quiere curarse con Homeopatía tiene que entrar al rol homeopático, el de cuidarse a sí mismo y mejorar sus hábitos”.
Será necesario que la persona con obesidad o sobrepeso tenga mayor actividad física y mejore sus hábitos nutricionales, pero no estará sola en su esfuerzo. “Nosotros no prescribimos inhibidores del apetito (anorexígenos), sino que el paciente recibe un medicamento constitucional que corresponde a toda su problemática, a la individualidad de su historia clínica y a su carga miasmática (tendencia a sufrir ciertos padecimientos o a enfermar de determinada manera). He tenido pacientes de 120 o 130 kilos, y su respuesta a este tratamiento ha sido muy buena; bajan de peso sin mayor problema ni sensación de culpabilidad por comer esto o aquello”.
Por lo que toca a los niños, la experta asegura que la parte más importante es educar a los padres. “Hacemos mucho mal cuando le decimos al chico que ‘no moleste’ y que mejor se ponga a ver la televisión o se entretenga con un videojuego; con esto se aísla del mundo y, cuando come mientras se entretiene, ingiere chatarra: chicharrones, cátsup, salchichas, hamburguesas, pizza. Probablemente, si caminara, tendría mayor oportunidad de emplear esa energía, pero su actividad física es escasa”.
Finalmente, la doctora Zenteno Manzano concluye con una recomendación muy clara: “tenemos que cambiar nuestra manera de vivir y de ver la vida; dedicarnos más tiempo a nosotros mismos y a nuestros hijos”.
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