La neurología afirma que toda persona tendría que mantenerse lúcida hasta el último momento de su vida.
Por: Karina Galarza Vásquez.
En ocasiones, nos es prácticamente imposible recordar algún dato y aunque sentimos que lo tenemos en la punta de la lengua, por más intentos que hacemos no logramos acordarnos. ¿Por qué nos falló la memoria?
Al respecto, la doctora Lilia Núñez Orozco, jefa del servicio de Neurología en el Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del ISSSTE, explica que “todos podemos advertir alteraciones temporales de la memoria, sin importar nuestra edad, a causa del cansancio por no dormir el tiempo suficiente, el estrés y al tener demasiados estímulos externos o varias tareas que realizar en forma simultánea. En consecuencia, se presentan olvidos completamente normales”.
Sin embargo, reconoce que al igual que otros procesos de nuestro organismo, la memoria no está exenta de sufrir alguna alteración. “Hay personas que pueden experimentar amnesia global transitoria, un trastorno que bloquea los recuerdos durante varias horas y puede deberse a un problema en la circulación sanguínea del cerebro. En estos casos, es posible hablar, caminar y realizar actividades, pero no se registra lo que sucede, por lo que al volver a la normalidad será imposible recordar lo sucedido”, señala la neuróloga.
Si dicho trastorno no se repite y aunque no deje consecuencias indeseables en el afectado, constituye una llamada de atención de la probable existencia de una falla circulatoria a nivel cerebral. Por lo general, quienes lo han presentado tienen ciertos factores de riesgo, como presión arterial alta, niveles elevados de colesterol o diabetes.
Los periodos de amnesia o pérdida transitoria de la memoria también pueden asociarse con frecuencia a los golpes en el cráneo, la ingesta de drogas y alcohol, así como a la formación de coágulos en los vasos sanguíneos del cerebro.
Para tomar en cuenta
Existen ciertos padecimientos que llegan a ser irreversibles y son progresivos, como la enfermedad de Alzheimer, demencia que comienza afectando la memoria reciente debido a que los hechos pasados quedaron grabados de una manera más firme. No obstante, conforme la enfermedad avanza, va perdiéndose dicha información.
La doctora Núñez Orozco resalta que es muy importante y necesario que toda la gente tenga presente que la demencia no es el resultado del proceso normal de envejecimiento, como erróneamente se ha conceptualizado. Incluso, este desacierto se presenta en muchos médicos que en caso de que les visite una persona de edad avanzada a la que se le olvidan las cosas, dictaminan que es normal.
“En realidad, lo que se espera es que toda persona se mantenga lúcida hasta el último momento de su vida, y si no es así quiere decir que tiene una enfermedad, con mucha probabilidad Alzheimer”, advierte la neuróloga.
Por ello es necesario hacer una evaluación desde que se manifiestan los primeros síntomas de demencia, como perder las cosas o dejarlas en lugares poco usuales, presentar dificultad para recordar a personas cercanas, desorientarse en lugares familiares (incluso en la calle o colonia) y mostrar agitación, inquietud o nerviosismo.
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