Madre e hijo obtienen beneficios notables durante la lactancia: sus lazos emocionales se fortalecen, la nutrición del menor es inmejorable y la madre generar ciertas hormonas que le ayudan a recuperarse del parto.
Por: Rafael Mejía.
La lactancia es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) como una forma inigualable de alimentar al bebé, pero que también beneficia a la madre.
Esto se debe a que ambos tienen la oportunidad de establecer un lazo emocional estrecho, y porque el pequeño recibe un producto nutricional sin igual por la grandeza de sus componentes.
“Un bebé alimentado al seno materno tiene menos problemas intestinales y menor riesgo de sufrir algunas alergias, problemas en la piel u obesidad. Además, durante los primeros días recibe el calostro, un líquido que parece agua, muy amarillo y que algunas personas creen que tiene defectos, cuando en realidad es la parte más importante del inicio de la lactancia, ya que tiene muchas células vivas y anticuerpos, como linfocitos e inmunoglobulina A (IgA), que evitan infecciones digestivas y en oídos, nariz y garganta”.
Tal es la opinión de la doctora Isis María Infante Regalado, egresada de la Escuela Libre de Homeopatía de México, I.A.P., y adscrita a Farmacia Homeopática Nacional, quien añade que el calostro y la lactancia materna también proporcionan “antisépticos como lactoferrina y lisozima, además de factores de crecimiento y nutrientes como carbohidratos, vitaminas y minerales, entre otros.
Para darnos una idea de la cantidad de nutrientes de la que hablamos, explica la doctora Infante, “podemos leer la fórmula de una lata de leche, pues aunque ésta nunca será tan fácil de digerir y asimilar como la leche materna, trata de imitar sus cualidades”.
Ventajas para los dos
La Homeopatía y la medicina en general apoyan a la lactancia materna por ser una producción del cuerpo “totalmente natural”, pero también por contar con múltiples beneficios para el bebé y para la mamá.
En efecto, aunque algunas mujeres piensan en la conveniencia de alimentar a su hijo con una fórmula láctea para evitar molestias como el agrietamiento de los pezones o el dolorimiento de las mamas, la médico homeópata recuerda que existen algunos productos que ayudan a superar con facilidad estos problemas y, sobre todo, que “la alimentación a través del seno reduce el riesgos de sufrir hemorragia postparto, pues aumenta la producción de oxitocina, una sustancia que ayuda a que la contracción uterina sea más rápida, menos dolorosa y que no se presenten sangrado ni infecciones”.
En este mismo sentido, comenta Infante Regalado, “se piensa que con la lactancia se sube de peso, y al contrario, ayuda a recuperar la figura porque la producción de leche requiere de 200 a 500 kilocalorías diarias para la mamá; también se cree que se pierde calcio, pero el amamantamiento ayuda a la mineralización, es decir, a la fijación del calcio en los huesos.
“Un bebé alimentado al seno materno tiene menos problemas intestinales y menor riesgo de sufrir algunas alergias, problemas en la piel u obesidad”.
Otro punto importante: la prolactina ayuda a conciliar el sueño rápidamente, y aunque amamantar al bebé es un trabajo que exige tiempo, ayuda mucho en los trastornos del dormir.
Más aún, concluye, la lactancia reduce la posibilidad de padecer cáncer de mama u ovárico, precisamente por la estimulación que se tiene, y regula el declive hormonal que se presenta después del parto o de la cesárea, de modo que se lleva a cabo sin problemas.
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