El amaranto ayuda a prevenir enfermedades crónicas

Investigadores potosinos identificaron en el grano la presencia de sustancias con propiedades antihipertensivas, antidiabéticas y preventivas de cáncer.

Por: Karina Galarza Vásquez.

Herencia de nuestro pasado indígena y denominado el grano de la “alegría” o de “la vida eterna”, el amaranto proviene de una planta resistente a la sequía y el calor que, desde la época precolombina, fue reconocida por sus bondades nutricionales. Posee un alto contenido de los aminoácidos lisina y metionina, fundamentales para el organismo.

Por ello, un equipo científico del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT), dirigidos por la doctora Ana Paulina Barba de la Rosa, se enfocó en el estudio del amaranto y confirmó que es capaz de prevenir enfermedades crónico-degenerativas, como hipertensión arterial, diabetes y cáncer.

Aportaciones a la salud

En México, el amaranto suele consumirse como golosina y se incluye en las fórmulas de algunos complementos alimenticios para deportistas gracias a su contenido de carbohidratos, fibra y proteínas de alta calidad.

“Desde hace varios años hemos trabajado en la caracterización de los nutrientes contenidos en las semillas del amaranto. Sin embargo, en 2008 la investigación se orientó hacia el concepto nutracéutico funcional, es decir, la forma en que los alimentos ayudan a resolver o prevenir algunos problemas de salud”, informa la doctora Barba de la Rosa.

Y agrega que identificaron la presencia de péptidos (moléculas formadas por la unión de varios aminoácidos) con propiedades antihipertensivas, antidiabéticas y preventivas de cáncer. “Se observó que unos tenían funciones inhibidoras de la angiotensina (asociada con la presión arterial alta); algunos de la enzima dipeptidil peptidasa-4 (DPP-4), la cual incrementa la vida de las hormonas incretinas (promueven la secreción de insulina y disminuyen los niveles de glucosa en sangre) y otros son capaces de inhabilitar la proliferación celular”, detalla la investigadora.

El equipo trabaja en otro proyecto para evaluar el efecto del consumo de amaranto sobre la obesidad. El objetivo es determinar si contiene un péptido específico que inhiba el desarrollo de adipocitos y la acumulación de grasa.

“Lo que sí sabemos es que como el amaranto es un grano que tiene más proteína que otros cereales, entonces, su consumo está relacionado con la saciedad. Si como más proteína, me lleno más pronto y consumo menor cantidad de alimentos con alto contenido de azúcares”, finaliza la investigadora.

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